¿Cómo restaurar mi matrimonio?

La mayoría de las relaciones tienen un inicio fantástico y de ensueño y en gran manera se debe al enamoramiento, pero con el tiempo muchos matrimonios entran en crisis, y siempre hay personas que se preguntan ¿Cómo puedo restaurar mi matrimonio?

Todo matrimonio debe de afrontar crisis, e incluso aquellos que son estables deben hacerlo, porque con el tiempo muchas cosas cambian drásticamente, por ejemplo: cuando se acaba el enamoramiento, la llegada de los hijos, cuando se marchan los hijos de casa etc.

Es innegable el hecho de que hay muchísimos matrimonios atravesando todo tipo de dificultades pero son pocos los que reconocen su condición y aún menos los que piden ayuda.

La relación matrimonial es compleja ya que implica cada aspecto de nuestra con otra persona que probablemente sea diferente a nosotros.

Hay matrimonios que se han desgastado y prácticamente están destruidos, pero en muchos casos una de las partes se preocupa y busca la manera de como restaurar su matrimonio.

¡Se puede restaurar tu matrimonio!

El fracaso de todo matrimonio es creer que no hay solución, y que la salida a los problemas es el divorcio, hay personas que desde antes de comenzar a resolver los problemas se declaran en derrota.

Cualquier matrimonio se puede restaurar, siempre y cuando exista un interés genuino por parte de la pareja, y tu matrimonio no es la excepción.

El matrimonio tiene un gran valor ante Dios (Cf. Hebreos 13:4; Génesis 2:24; Mateo 19:5-6; Marcos 10:7-9) y Dios está dispuesto a ayudarte en el proceso de restauración del tuyo, por lo tanto no lo veas como algo improbable o imposible.

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Pasos para restaurar tu matrimonio.

1. Reconocer que las cosas no andan bien.

Sin duda el primer paso para restaurar un matrimonio, es reconocer que las cosas no andan bien.

En muchas ocasiones los problemas son evidentes pero se ignoran porque no se reconoce la condición de la relación. Muchos matrimonios no avanzan porque no quieren reconocer que están mal.

2. Hacerse una valoración concienzuda.

El segundo paso es indagar concienzudamente de que forma ambos han contribuido en la situación actual por la que vuestro matrimonio está atravesando.

Hay parejas que se ocupan en culpabilizarse mutuamente y pocas veces se preocupan por ver sus propios errores y abonar positivamente a la relación mediante cambios necesarios.

3. Pedir ayuda o consejería.

Si el paso anterior no brinda resultados satisfactorios, pedir ayuda se vuelve más urgente que necesario. Se puede acudir perfectamente a un familiar, amigo o psicólogo de confianza.

Yo recomendaría acudir a un líder o pastor cristiano, ya que la consejería cristiana aparte de ser efectiva y discreta, pone la voluntad de Dios como máxima norma.

4. Pedir perdón.

Es probable que en la pareja existan ofensas no resueltas y haya falta de perdón. Un corazón lleno de falta de perdón y amargura estorba y seguirá estorbando para dar pase a la restauración matrimonial.

Es necesario que la pareja se siente y se pida perdón, ya que el perdón tiene un gran efecto liberador, trae consigo legítima paz interna y reconciliación en la pareja.

5. Una buena comunicación.

Como quinto paso, tenemos la buena comunicación, si en el matrimonio no existe una buena comunicación difícilmente éste podrá salir adelante.

La buena comunicación es importante porque permite exponer con efectividad la situación actual, las fallas, los errores, los desacuerdos, las opiniones y facilita el llegar a un consenso ente la pareja.

Algo que es sumamente esencial en la comunicación de calidad, es aprender a oír (Santiago 1:19).

6. Una actitud positiva.

Es importante que la pareja comprenda que no son las únicas personas que están afrontando problemas severos en su matrimonio y además que hay muchísimas parejas que han logrado salir adelante de situaciones similares.

Todo matrimonio tiene altos y bajos, y los bajos en el matrimonio no necesariamente significan que el mismo llego a su fin. El pesimismo no abonará en nada para restaurar un matrimonio.

¿Están un poco difíciles las cosas? ¡Sí! Es probable que lo estén, pero eso no significa que no hay solución para reparar todo el daño y seguir adelante.

7. Confiar en Dios.

Hay un adagio que dice: «Lo mejor para el final.» y esta no es una excepción. El paso más importante y efectivo es este, es que la pareja confíe en lo que Dios puede hacer por ellos.

Es innegable que al inicio quizás exista cierta incertidumbre y desconfianza con relación a la restauración matrimonial, y quizás también falta voluntad, pero Dios puede darnos ánimos para comenzar el proceso de restauración.

Si confiamos en Dios, el nos dará la dirección correcta, nos dará la fuerza de voluntad necesaria, hará que el amor en el matrimonio reflorezca y podremos atender con facilidad las instrucciones que están en la Biblia para el bienestar de nuestro matrimonio.

Quizás a nivel humano sea improbable una restauración, pero para Dios eso no es imposible. Dios puede restaurar un matrimonio, siempre que la pareja confíe en Él.

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