La libertad del Espíritu.

En esta ocasión, esta reflexión cristiana aborda con brevedad y precisión las implicaciones de la libertad del Espíritu y de que manera esta puede afectar positivamente nuestras vidas.

📖 Lectura Bíblica:

«Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.» 2 Corintios 3:17

En este pasaje bíblico el apóstol Pablo habla a los Corintios que ellos forman parte de un nuevo pacto, y les habla de una forma especial sobre la liberta del Espíritu.

Pablo también les dice que donde está el Espíritu del Señor hay libertad, en ese sentido, este pasaje es un equilibrio entre la ley de Moisés y la gracia de Jesús.

Si no deseas leer, puedes ver el vídeo de esta reflexión en el siguiente enlace: https://youtu.be/EhhS1NdLxVw

La ley fue escrita en tablas de piedra, pero ahora en la gracia de Dios, Él escribe sus mandamientos en el corazón de aquellos que creen.

Antes de que Jesús viniera al mundo a dar sus enseñanzas y mostrarnos el camino hacia el Padre, las personas solamente conocían una manera de acercarse a Dios y conocerlo, ésta era a través de la obediencia perfecta de la ley y los mandamientos que Moisés había recibido muchos años atrás.

La ley fue establecida para que conociéramos el pecado y que supiéramos que en nuestras fuerzas no la podíamos cumplir.

Ahora en la gracia, es el Espíritu Santo dentro de cada persona que guia hacia la salvación y trae libertad, y sobre esto trata la libertad del Espíritu.

Este es el Nuevo Pacto que Jesús vino a hacer, por medio de su Espíritu Santo nos da la libertad para tener una relación personal con Dios.

El Espíritu Santo amonesta al creyente y lo lleva al arrepentimiento y a la conversión.

Como nos beneficia la libertad del Espíritu.

Al tener un arrepentimiento genuino al pecado y aceptar a Jesús como su único Señor y Salvador, el Espíritu Santo lo regenera y lo hace una nueva persona.

Es en ese sentido es que hay libertad de la ley que no podíamos cumplir. Una ley que la gente se esforzaba por cumplir, pero ese esfuerzo era inútil, porque nadie podía cumplirla.

Hoy Jesús nos libra de la condenación y con el poder del Espíritu Santo que mora en nosotros, somos libres del pecado, libres de nuestra naturaleza pecaminosa, libres para obedecer, para tratar de imitar a Jesús, para amar, para perdonar, para extender misericordia, para servirnos unos a otros aún cuando no haya agradecimiento o reconocimiento de por medio.

Lo anterior son evidencias visibles de la libertad del Espíritu en la vida del creyente.

Para reflexionar:

Cuando el pecado quiera convencerte para que hagas lo malo, y sea tan fuerte que te impulse a hacerlo, entonces debes tener presente que mirar a Jesús te hace libre, te da la libertad del Espíritu.

Jesús te llama a ser libre, ya no vivas atado por las cadenas del pecado. Ora a Dios y obedece lo que Él manda. Resiste los deseos que se levantan dentro ti y llévalos a sus pies.

Puedes leer nuestra reflexión anterior AQUÍ: «El amor de muchos se enfriará.»

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