No hagamos diferencia.

Estamos llamados para tratar a todos por igual y amarlos con el amor de Jesús. Sí realmente deseamos reflejar el carácter de Jesús no hagamos diferencia entre una y otra persona.

Sabemos perfectamente que Dios ama a toda la humanidad por igual y ve a cada una de las personas con ojos de amor.

📖 Lectura bíblica:

«Si ustedes reciben gustosos al que viste la ropa elegante, y le dicen: «Venga usted, siéntese aquí, que es un buen lugar», pero al pobre le dicen: «Tú, quédate allá de pie, o siéntate en el suelo», ¿acaso no están discriminando entre ustedes y haciendo juicios malintencionados?» Santiago 2:3-4

En estos versículos, Santiago nos relata como se hacía diferencia entre el pobre y el rico en la iglesia primitiva.

Este favoritismo hacia los ricos, era un gran problema, no solo porque era un pecado en sí, sino porque la mayoría de los cristianos era gente pobre.

Entonces Santiago censura los actos de discriminación y lo hace por medio del ejemplo de dos hombres que entran en la reunión, uno vestido de manera lujosa y el otro con lo poco que tenía:

Al rico se le acomoda en un lugar especial, mientras que al pobre se le dice que se quede de pie o en algún rincón.

Contexto actual:

Es muy común, tratar a una persona bien vestida y de aspecto imponente mejor de lo que tratamos a alguien que da la impresión de pobreza.

Lamentablemente las distinciones por ropa, pensamientos, economía, espiritualidad han pasado a formar parte del cristianismo actual.

Se alaba a aquellos que dan grandes ofrendas, quienes piensan comprar el favor de Dios con lo que les sobra y se menosprecia a los que dan poco pero es todo lo que tienen.

Se atiende bien a los que visten de traje y se discrimina a los que visten o huelen mal. Pero debemos volver a las bases y tener siempre presente que Jesús se juntó con los miserables, con los pobres, con las prostitutas y dejar de hacer diferencias.

Hoy en día, son muy pocos los que se atreven a extender su mano a los que están desposeídos, a los que no se les puede sacar provecho.

Casi nadie quiere escuchar las penas de otros, y es difícil encontrar un hombro para llorar, o un alivio en medio de la desesperanza que nos invade.

No hagamos diferencia, así como Jesús no lo hizo.

Por esto, nuestro ejemplo a seguir es Jesús, quien siendo Dios, abandonó su trono para venir a este mundo, no para acercarse a los que le podían dar algo, sino a darse Él mismo en rescate por todos, tanto por los ricos como por los pobres.

Si decimos que Cristo es el Señor de nuestra vida, entonces debemos actuar como Él lo hizo, sin mostrar preferencias, y amar a todos sin importar su condición.

Jesús ofrece la salvación a hombres y mujeres de toda raza, clase social, o reputación moral.

No hagas diferencias, no te dejes influenciar por las apariencias, de como luce la gente, la ropa que viste, o su nivel económico. Actúa como lo hacía Jesús, tratando a todos con compasión, y hablando siempre sin comprometer la verdad.

Santiago nos enseña que la gracia de Dios, hace pobre al rico, porque el rico con sus riquezas no puede comprar la salvación, y hace rico al pobre, porque este hereda las riquezas de la vida eterna por medio del sacrificio de Jesús.

La discriminación a veces es muy sutil, por esto, debemos estar en oración y leyendo la Palabra, dejando siempre, que el Espíritu Santo purifique las motivaciones más profundas del corazón.

Para reflexionar:

¿Te dejas impresionar por las riquezas? ¿Discriminas a los que «no tienen»? ¿Conoces alguna persona que puedas darle una mano?

Puedes leer nuestro artículo anterior AQUÍ: «Cuida tus pensamientos.»

Facebook: Pura Biblia

Instagram: PURA BIBLIA

YouTube: PURA BIBLIA TV

Deja un comentario