Creer y padecer.

Por lo general siempre se busca el bienestar propio o el de nuestros allegados, pero en el Cristianismo no es solo cuestión de beneficios sino también de sufrimientos a causa de la fe, en este punto creer y padecer se vuelve una realidad.

No parece atractivo creer y padecer, pero sí se tiene en cuenta que el sufrimiento es momentáneo y las recompensas por parte de Dios son eternas, puede desestimarse con facilidad dicha realidad.

📖 Lectura bíblica:

«Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él» Filipenses 1:29 (RVR1960)

En este pasaje, el apóstol Pablo les habla a los filipenses de dos grandes características que debe tener un cristiano, ellas son: creer en Cristo y padecer por Cristo.

La Biblia habla mucho del sufrimiento por amor a Cristo, cómo es el caso de la época en que fue escrito el Nuevo Testamento, dónde los seguidores de Jesús eran perseguidos por sus propias familias, allegados y el imperio romano.

Los apóstoles sufrieron mucho por la injus­ticia del gobierno y porque el evangelio afectó la ganancia de los religiosos corruptos.

Creer y padecer parte de nuestra vida cristiana.

Hoy nosotros al elegir creer y obedecer a Dios, nos ponemos en desacuerdo con el mundo y con el sistema religioso actual.

Por esto, si seguimos las enseñanzas de la Biblia, nos exponemos al rechazo, la burla, la soledad o la traición.

En general, la mayor persecución proviene de aquellos que se consideran espirituales pero tienen un Dios adaptado a sus propias ideas.

Vivimos en un mundo al revés, entregado al pecado y enemistado con Dios, dónde las personas están inclinados a odiar a Dios y a su prójimo.

Sienten que todo lo que proviene de Dios como una carga asfixiante y huyen de Él, por esto, el que cree en Dios y guarda sus mandamientos es tenido por raro y se lo intenta quitar del medio.

Algunas veces nuestro sufrimiento está arraigado en nuestro interior cuando batallamos para tener control sobre un corazón que debe morir al pecado y entregarse al señorío de Cristo.

De cualquier manera que se presenten las pruebas, debemos aceptarlas como un privilegio en el cual nos gozamos, como lo hicieron los apóstoles.

Gozosos en medio del sufrimiento.

Pablo siempre habla de gozarnos en Jesús y este gozo no depende de las circunstancias en las cuales nos encontremos, es independiente de si estamos bien de salud o estamos enfermos, de si estamos sufriendo persecución o disfrutamos de una vida tranquila.

El cristiano experimenta un gozo constante, porque mira hacia alguien mucho más grande; pone sus ojos en Jesucristo y en la eternidad que pasará con Él.

Identificarse con Jesús, con Sus sufrimientos y Su cruz, es un camino difícil que a veces te puede tocar vivir, pero no te olvides de que este es también un camino de victoria y resurrección.

Jesús tomó tu lugar a fin de que no te sintieras nunca más solo(a), aun en medio del dolor.

Los propósitos de Dios son para nuestro pleno bienestar, no para una felicidad a corto plazo.
Él quiere lo mejor para nosotros siempre apuntando a la eternidad.

Si hoy estás en medio de alguna prueba, pide a Dios que te ayude a encontrar la salida, pero también que te de sabiduría para entender lo que quiere decirte con lo que estás pasando.

Para reflexionar:

¿En medio de tus pruebas sientes que Dios quiere mostrarte algo? ¿Buscas aferrarte a Dios en medio del dolor?

Accede a nuestra entrada anterior AQUÍ: «¿Porque es importante tener una comunión con Dios?»

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